Uniremos a las víctimas de violencia de género con otras mujeres que tuvieron una vida exitosa por sus cualidades profesionales y artísticas. Las primeras saltan a los medios de comunicación por un hecho repugnante, y las segundas pasaron a la historia sin el protagonismo que merecían. UNA POR UNA. Por cada asesinato cometido contra una mujer, rescatamos del olvido a otra que no ha tenido la proyección social suficiente por cuestión de género.

¿Cómo puedes participar? Por cada víctima de violencia de género, puedes enviar un correo electrónico a jefatura@arcipreste.org con la siguiente información:
1. Nombre de la víctima. Breve reseña de la noticia en prensa. Evitamos publicar detalles del asesinato, simplemente se denuncia.
2. Nombre de la mujer olvidada: cuéntanos qué destacarías de ella, por qué crees que no aparece en los libros. Son muchas las mujeres científicas, artísticas, maestras, pedagogas, filósofas... Será divertido saber en quién pones tu mirada y por qué.
3. Autor o autora de la reseña: alumno/a, profe, padre o madre, personal de administración y servicios del centro... Cualquiera puede participar.

ÉSTE SERÁ TU HOMENAJE.

lunes, 28 de octubre de 2013

Rosario y Jocelyn

Rosario ha sido asesinada hoy mismo por su marido, que también ha matado al hijo de la pareja en Vila-real (Castellón). A continuación, se ha suicidado, según cuenta la Policía Nacional (ver noticia).

Jocelyn Bell no superó a los 11 años el examen de aptitudes para hacer una carrera superior universitaria, pero tuvo otra oportunidad a los 13. Se graduó en Glasgow en 1965, a pesar que su entorno le animara a abandonar, ya que era la única mujer en la licenciatura de física. Pero Jocelyn perseveró y empezó su tesis bajo la supervisión de su tutor Antony Hewish. Junto con él y otros colegas construyeron durante dos años un radiotelescopio para estudiar los quásares. En el 67, en sus rutinarios análisis de datos (120 metros de papel milimetrado con nuevos datos cada cuatro días), un buen día Jocelyn detectó una señal de radio proveniente del cielo, en forma de pulsos demasiado rápidos y regulares para proceder de un quásar, cada 1,3 segundos. Aunque la señal sólo ocupaba 2,5 cm en 121,8 m de papel gráfico, Bell reconoció su importancia y estudió los datos junto con Hewish.

Después de descartar que no fueran de procedencia terrestre o de satélites artificiales, de manera provisional se les bautizó como "Little green men" (Hombrecillos verdes). Cabía la posibilidad que fueran civilizaciones inteligentes que intentaban contactar con nosotros, debido a la increíble precisión de los pulsos.

Descartada esa hipótesis, ya que se descubrieron más señales del mismo tipo, el equipo Bell-Hewish lo atribuyó a la rápida rotación de unos cuerpos desconocidos hasta entonces, que llamaron púlsares. Jocelyn había descubierto las estrellas de neutrones, el remanente estelar dejado por una estrella supergigante después de explotar como una supernova. Esta explosión genera tanta energía en un solo segundo, como energía generará el Sol en toda su vida (10 mil millones de años). Las estrellas de neutrones tienen entre 8 y 25 veces más masa que nuestro Sol, pero en sólo 10 kms de diámetro, son objectos brutalmente densos.

En 1974 Antony Hewish compartió el Premio Nobel con Martin Ryle por "su papel decisivo en el descubrimiento de los púlsares". Aunque el trabajo del descubrimiento de los púlsares se publicó como Hewish, Bell (que fue de hecho quien los descubrió) y tres colaboradores, no se la tuvo en cuenta para el Nobel. Quizá por ser doctoranda, quizá por ser mujer... o por ambas cosas. En todo caso Walter Lewin mostró su indignación en la conferencia de ayer por esta vergonzosa injusticia.

A pesar de no tener el Nobel, Bell ha recibido numerosas distinciones y ostentado diversos cargos en el campo de la astrofísica. Actualmente es profesora visitante de astrofísica en la Universidad de Oxford y miembro del colegio Mansfield.

“Las mujeres y las minorías no deberían hacer todo el esfuerzo de adaptación. Es momento de que la sociedad se movilice hacia las mujeres, y no las mujeres hacia la sociedad”. (Jocelyn Bell, revista Science 304, p. 489, 2004).

La propuesta es de Mireia, jefa de equipo de educadores/as del Museo de la Ciencia de Barcelona. Gracias por tu colaboración.

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