Uniremos a las víctimas de violencia de género con otras mujeres que tuvieron una vida exitosa por sus cualidades profesionales y artísticas. Las primeras saltan a los medios de comunicación por un hecho repugnante, y las segundas pasaron a la historia sin el protagonismo que merecían. UNA POR UNA. Por cada asesinato cometido contra una mujer, rescatamos del olvido a otra que no ha tenido la proyección social suficiente por cuestión de género.

¿Cómo puedes participar? Por cada víctima de violencia de género, puedes enviar un correo electrónico a jefatura@arcipreste.org con la siguiente información:
1. Nombre de la víctima. Breve reseña de la noticia en prensa. Evitamos publicar detalles del asesinato, simplemente se denuncia.
2. Nombre de la mujer olvidada: cuéntanos qué destacarías de ella, por qué crees que no aparece en los libros. Son muchas las mujeres científicas, artísticas, maestras, pedagogas, filósofas... Será divertido saber en quién pones tu mirada y por qué.
3. Autor o autora de la reseña: alumno/a, profe, padre o madre, personal de administración y servicios del centro... Cualquiera puede participar.

ÉSTE SERÁ TU HOMENAJE.

sábado, 26 de octubre de 2013

Sorina y Sophie

También esta terrible semana nos enteramos del asesinato de Sorina en Torremanzanas (Alicante) a manos de su pareja (leer noticia). Más de 24 horas después, cuando acudió a un centro sanitario a curar sus heridas, los facultativos sospecharon y dieron parte a la Guardia Civil, cuyos agentes procedieron a su detención y ante los que confesó el crimen. Sorina acababa de terminar sus estudios en ingeniería técnica industrial en la UPV de Alcoy. Tenía sólo 26 años.

Sophie Germain nació en 1776 y fue hija de un rico banquero. En 1789 reinaba en París la Revolución francesa, así que fue confinada en su casa con 13 años. Pasaba horas en la biblioteca de su padre y quedó enamorada de las matemáticas.

Sus padres no la apoyaron. Consideraban que las jóvenes no debían molestarse en saber matemáticas. Incluso tomaron las decisión de quitarle toda la ropa y cualquier fuente de luz o calor para que no pudiera levantarse de la cama. Sophie  derrotó a sus padres. Fue autodidacta, disfrazándose de hombre para poder entrar a estudiar en lugares de matemáticos (donde solo dejaban entrar varones). Sus investigaciones y estudios, los autografiaba como "Sr. Leblanc", para ocultar su identidad. Entabló correspondencia y envió artículos, siempre bajo el seudónimo, con otros matemáticos de primer nivel como : Lagrange y Gauss. Al primero le impresionó tanto, que averiguó quien era y fue a su casa a decirle cuan impresionado estaba. Al segundo, probablemente le salvo la vida, al pedir al general francés Pernetti (amigo de la familia) que protegiera la vida de Gauss. Éste así lo hizo y le explicó a Gauss gracias a quién estaba a salvo. Ahí fue cuando descubrió su verdadera identidad y le  escribió una carta de absoluta admiración.

En 1816 ganó el concurso de la Academia Francesa de las Ciencias. Fue entonces cuando se convirtió en la primera mujer en recibir un premio de estas características, la primera mujer que asistió a las sesiones de la Academia Francesa de las Ciencias (aparte de las esposas de los miembros) y la colocó junto a los grandes matemáticos de la historia.

“Matemática es nombre de mujer”, Susana Mataix.

La propuesta es de Silvia, la profesora de Matemáticas.




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